
La vida te da algunos golpes que no puedes entender. Por qué de repente se acaban 153 vidas es algo para lo que no estamos preparados. Y no lo estaremos nunca. Hoy todos estamos en la piel de esas familias que sufren, que lloran, que se preguntan por qué, que tienen el alma rota... Hoy más que nunca les entendemos porque podríamos ser cualquiera de nosotros.