martes, 11 de noviembre de 2008

Felicidad

Hace unos días hablaba con una amiga y de repente ella me preguntó: "¿Por qué yo no soy feliz?"... Esa pregunta nos dio pie para hablar sobre la felicidad. Yo le explicaba que pienso que nunca se es feliz completamente. Siempre vamos a tener de qué preocuparnos, algo con lo que no estamos totalmente a gusto, alguna persona que nos preocupa... Por eso creo que la felicidad son momentos puntuales. La felicidad consiste en saber valorar los momentos que te hacen sentir bien. Saber "aislarte" del resto del mundo y disfrutar del momento que te hace feliz... De ese momento justo, sea cual sea, sentir que en ese momento estás en sintonía con la vida, con el mundo, con el tiempo, con la alegría... Eso es la felicidad.

Y esto me hizo recordar algo que leí una vez de Jorge Bucay que me gustó mucho, a pesar que no es uno de mis autores de cabecera. Se llama El Reloj parado a las 7. Aquí lo dejo.

Hay en una de las paredes de mi cuarto un hermoso reloj antiguo que ya no funciona. Sus manecillas detenidas casi desde siempre, señalan imperturbables la misma hora: las siete en punto.

Casi todo el tiempo, el reloj es sólo un inútil adorno en una blanquecina y vacía pared.

Sin embargo hay dos momentos en el día, dos fugaces instantes en que el viejo reloj parece resurgir de sus cenizas como un ave fénix.

Cuando todos los relojes de la ciudad, en sus enloquecidos andares marcan las 7 y los cu-cu y los gong de las demás máquinas hacen sonar por 7 veces su repetido canto, el viejo reloj de mi habitación parece cobrar vida.

Dos veces por día, a la mañana y a la noche, el reloj se siente en absoluta armonía con el resto del universo.

Si alguien mirara el reloj solamente en esos dos momentos, diría que funciona a la perfección…

Pero pasado ese instante, cuando los otros relojes han acallado su canto y las manecillas siguen sus monótonos caminos, mi viejo reloj pierde su paso y permanece fiel a aquella hora que alguna vez detuvo su andar.

Y yo amo ese reloj y cuanto más hablo de él, más lo amo, porque cada vez me siento más parecido a él.

También yo estoy parado en un tiempo, también yo me siento clavado e inmóvil, también yo soy de alguna manera un adorno inútil en una pared vacía.

Pero tengo también fugaces momentos en que, misteriosamente, llega mi hora.

Durante esos tiempos, yo siento que vivo. Todo está claro y el mundo se transforma en maravilloso. Yo puedo crear, soñar, volar, decir y sentir más cosas en esos instantes que en todos los otros momentos. Estas conjunciones armónicas se dan y se repiten una y otra vez, como una secuencia inexorable.

La primera vez que lo sentí, traté de aferrarme a ese instante creyendo que podría hacerlo durar para siempre. Pero no fue así. Como a mi amigo el reloj, también a mí se me escapa el tiempo de los otros.

…Pasado estos momentos, los otros relojes que anidan enotros hombres, continúan su giro y yo vuelvo a mi rutinaria muerte estática, a mi trabajo, a mis charlas de café, a mi aburrido andar que acostumbro a llamar vida.

Pero yo sé que la vida es otra cosa.

Yo sé que la vida, la vida de verdad es la suma de aquellos momentos que aunque fugaces, nos permiten percibir la sintonía con el universo.

Casi todo el mundo, pobre, cree que vive.

Sólo hay momentos de plenitud y aquellos que no lo sepan e insistan en querer vivir siempre, quedarán condenados al mundo del gris y repetitivo andar de la cotidianeidad.

Por esto te amo, viejo reloj, porque somos la misma cosa tú y yo.

7 comentarios:

Anónim@ dijo...

Yo tambien soy de las que opino que la felicidad completa no existe ... siempre hay un algo ... pero tambien hay pequeños momentos tal vez tan minusculos que ni nos damos cuenta, en los que el reloj de la vida se parase y ese instante se convierte en felicidad.

Un achuchon enorme

Galleta dijo...

q m emociono como una tontona!!, el reloj q aun estando parado no deja de ser un reloj, pero el tiempo sigue teniendo 24horas...es perder tu tiempo si te qdas contemplando esas 7 de la tarde en la q fuiste tan feliz, mientras q el resto de relojes del universo siguen incasables su tictac????.
Ser feliz!!!, solo se q fui feliz pero siempre me adelanto a mi felicidad para verla desde un lugar q recordarla me hace daño y el pensar q no fui consciente de serlo me da pena

Velvetina dijo...

... Para mí la felicidad es olvidarme de ayer, no preocuparme por mañana y vivir cada instante como si fuese el último que me queda.

Cualquier circunstancias depende del cristal con el que se mire, así que ¡pongámonos nuestras gafas ante la vida y ajustémonos todos las dioptrías! ¿de acuerdo?

Con cariño

Velvetina

Susana dijo...

Jorge Bucay tampoco es mi escritor de cabecera pero he de reconocer que muchos de sus relatos son muy inspiradores y me hacen reflexionar.
Como este.
Me gusta sentirme a veces parte del universo aunque solo sea dos veces al día, como el reloj.

Un besote

Esther Hhhh dijo...

Siempre he dicho que la felicidad necesita de pequeños momentos de tristeza que nos recuerden que somos felices, si no, sería demasiado aburrida.

Y siempre pienso también diferentes frases que en cierto modo creo que están en lo cierto, como que la felicidad está en las pequeñas cosas. Y sobretodo recuerdo muy a menudo cierto estribillo de una canción de Cristina y los subterráneos que decía

"El día que yo fui feliz
nadie tocaba el violín
ni una maldita florecita
ni arcoiris sobre mí"

Porque es cierto que a veces esperamos que la felicidad nos dé ciertas señales, que haya fuegos artificiales, y mirando las musarañas, nos despistamos.

Besitos

Isamar dijo...

Gracias a todas mis niñas por lo comentarios, de verdad que me aportáis muchas cosas...

Un gracias gigante para vosotras!!

Pinocho dijo...

...eres tan dulce, tanto y tanto.

Un besazo mi niña.